martes, 9 de noviembre de 2010

QUIROMASAJE

LA HISTORIA DE LOS MASAJES 

El origen de la palabra MASAJE es muy antiguo y se le atribuyen distintas raíces:
Massesch: Término hebreo que significa palpar.
Massien: Término griego que significa frotar.
Mass: Prefijo árabe que tiene diversos significados, como frotar, 
            manosear, tocar dulcemente, tocar con suavidad.

Masser: Raíz de origen francés que significa amasar, dar masa

El masaje es tan antiguo como el hombre, probablemente más si consideramos fricción, frotación, como técnicas que utilizan los animales para autotratarse, ante un golpe nos frotamos, friccionamos sobre una zona contusionada inconscientemente para disminuir el dolor, sabemos por ciencia y por conciencia que el masaje cura, y nuestros antepasados tambien lo sabían.
En Egipto los sacerdotes trataban el cuerpo y la mente, los papiros y los jeroglíficos muestran técnicas de manipulación y masajes, que se aplicaban junto a otras medidas terapéuticas.
En Grecia se utilizaba el masaje como medio para tratar a los atletas y recuperarlos trás las lesiones, incluso Homero dejó por escrito en sus textos la importancia del masaje en su epoca. Era muy común su uso en los Gimnasios junto a las técnicas terapéuticas de uso del agua.

En los baños romanos, la aplicación del masaje era una obligación ritual. La técnica más usada era la de percusión. Es en las termas de Roma, Pompeya, Caesaraugusta, etc…, donde nos encontramos con los primeros masajistas de la historia occidental, desde el punto de vista profesional. Antes de empezar la lucha, los atletas se friccionaban todo el cuerpo con aceite de oliva, con objeto de hacerlo resbaladizo y así escapar más fácilmente de la presa del contrario. Después de la lucha, el baño era obligatorio y se realizaba un nuevo masaje de fricción y percusión. Así mismo, después de la lucha, debido a las contusiones que presentaban los atletas, los romanos empleaban una gran variedad de hierbas medicinales mediterráneas, usando la técnica de fricción con ungüentos de romero, espliego, etc., para cerrar los poros que habían expulsado las impurezas y hacer que recuperaran la flexibilidad y el tono muscular.

En el siglo XVI, Felipe Aureolo Teofrasto Bombast de Hoenheim, conocido como Paracelso, es el creador de la doctrina moderna de los específicos, en oposición a la panacea universal, ya que consideraba que cada enfermedad debía tener la suya. Recomienda el masaje en sus tratados, conjugando ciencia, arte, sensibilidad y conocimiento del ser. Establece la necesidad del “toque” y recomienda de una manera muy somera, el uso de fricciones, diciendo que deben emplearse "con prudencia y serenidad". Así realizadas nos dice que conservan la salud, la fuerza y el vigor.

En el Renacimiento resurge con fuerza el curanderismo en toda Europa pasando la tradición de padres a hijos, permaneciendo hasta el siglo XVIII.

Ambrosio Pare (1.509 - 1.590), nos habla en sus obras del masaje. Este famoso cirujano francés, que realizó la mayor parte de sus investigaciones en los campos de batalla de Europa, abundantes en aquella época, aconseja el masaje y lo aplica en los muñones dolorosos de los amputados, en las cicatrices retráctiles y en los músculos atrofiados; es el primer cirujano que emplea los métodos y técnicas de masaje con fines terapéuticos, y con verdadero éxito. Explica como reducir las columnas luxadas en su parte externa y las luxaciones de cóccix y costillas.

Lucas Championers, de la escuela francesa, en 1.850 describe que “el movimiento es la vida” y desde entonces los conceptos vitalistas se hacen cada vez más fuertes y van adquiriendo un gran protagonismo. Practicó las movilizaciones y masajes en el tratamiento de las fracturas, lo que condujo con frecuencia a grandes desastres. De todos modos, los excesos en la aplicación del masaje seguidos de fracasos debidos a indicaciones indebidas y equivocadas por considerarla una panacea, trajeron en el siglo XIX y principios del XX un desprestigio del tratamiento dentro de una sociedad práctica e industrializada, que estaba alentada por los descubrimientos farmacológicos.

A partir de 1.920, los trabajos científicos con gran fundamento fisiológico han situado el masaje en el nivel que hoy ocupa, gracias a los trabajos de Mennel, Dicke, Stoddard, Kendall, Chaitow, Sambucy, Pecunia, Menarini, Knapp, Boigey, Samuel y tantos otros.


BENEFICIOS DEL MASAJE

·      Acción sobre la circulación de la sangre:  ayuda a que llegue a todas partes, ya que hay una vasodilatación local de las arteriolas, y en segundo caso por un vaciado de venas que mejora el retorno venoso. También se eliminan mejor las toxinas acumuladas.

  • Acción sobre el tejido adiposo:  Ayuda a rebajar gracias a la eliminación de  las toxinas acumuladas. No obstante, no sirve para adelgazar.
  • Acción sobre los músculos: Excita las fibras musculares, las activa y calienta. Tras un masaje la temperatura muscular aumenta 1ºC. Potencia la recuperación de las propiedades musculares, elasticidad, fuerza y contractibilidad, la expulsión de ácido láctico y otras acumulaciones de toxinas del músculo que provocan fatiga y dolor muscular. Retrasa y evita la atrofia en patologías que requieren larga inactividad.
  • Acción sobre las articulaciones: el masaje es eficaz para provocar la resolución de adherencias peri y endoarticulares, para producir el alisamiento de superfícies articulares, la distersión de tejidos musculares ligamentosos y capsulares retraídos, las cuales aumenta la consistencia, la tonicidad y la resistencia.
  • Reflejo del estímulo mecánico: Cómo actua sobre las terminaciones nerviosas, se obtienen efectos relajantes o estimulantes, según el tipo de masaje. La acción relajante provoca una vagotonía que hace que disminuya la frecuencia cardíaca y hace más moderada y profunda la respiración.
  • Acción sobre el metabolismo: El masaje local influye beneficiosamente sobre las grandes funciones: digestiva, respiratoria, circulatoria, etc.























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